martes, 24 de agosto de 2010

Incrédula

Yo te dije que
-No!

Yo te avisé.
-Tené cuidado,
no te acerques demasiado.
-No!- me contestaste-
Yo quiero igual. Quiero. Creo en lo que quiero y quiero porque creo-
Con ese tonito chillón exasperante,
Tan adulto-infantil, tan decidido y tierno,
pero tonto.


Después lloraste,
Te tapaste la cabeza con la almohada y no desapareciste.
Te mirabas en el espejo con otros ojos.
-Esa que me mira, esa del otro lado, quién es esa tan lejos?
Sin embargo el recuerdo de aquella que era, quedó.
Y ahí seguía, acechándote con la mirada firme.
Esperándote sin recelo.

Y de pronto -Zas!
Volaste en mil pedazos.

Desde entonces empezaste a mirar las cosas con distancia.
-Cuidado. Despacio. Dame la mano.No te creo. Ni a vos ni a tu amigo ni a tu gato.
Y a esa que me mira desde el espejo: andate, no vuelvas.

Ahora solo crees en lo que ya no existe.




jueves, 12 de agosto de 2010

Encierro


En cada abrir y cerrar de ojos

Se tuerce el alma
como un trapo viejo que chorrea agua.
Los oídos no responden a lo que ven.
Un mundo-decorado
de personajes de ficción.
Una caja metálica perfecta. Lustrosa, luminosa.
Mientras la cabeza discurre en una y otra dirección,
el aire condensado se respira una y otra vez.
El mismo aire,
el aire sin pájaros,
el aire sin olor.
El aire arsénico.
Y a solo una pared de distancia,
la eternidad.
La nada blanca,
nubes sin espuma.