viernes, 27 de junio de 2008

Instrucciones para seguir vivo

Está nerviosa,
no te asustes,
no te va a comer (no ahora)

Vení, sentate acá,
cerca mío.
(yo no te puedo proteger
pero vos vas a creer que sí
y con eso va a ser suficiente)

Cerrá los ojos y pensá en algo lindo.
Un beso, está bien. (yo elijo una caricia)
¿Cómo es ese beso?
(la caricia es temblorosa, fría.
Parece una hormiga que llora)

No, el beso no puede ser húmedo, ni
cálido. Si no es especial no sirve.
Un beso cansado, un beso hueco (por qué no,
el recuerdo puede ser feliz)

Ahora abrí los ojos y decime qué ves.

...

¿Tenés miedo?
(tené miedo, tené miedo de tener miedo y sentí que te morís)
¿Querés llorar?
(gritá, golpeate contra la pared y drogate)

No te asustes, ya está,
ya pasó.

Quedate acá, cerca mío.
Quiero contarte un secreto:

Primero te comió la cabeza, después la piel,
y por último el corazón. Te comía de a poco
sin que te dieras cuenta,
cada vez que hablabas, cada vez que la pensabas.

¿Ves? Ahora que sabés ya no tenés más miedo,
ahora ya no llorás, y
es lo más parecido a
estar muerto.